Al educador social se le define como un agente de cambio social, dinamizador de grupos sociales a través de estrategias educativas y que ayuda a la ciudadanía a comprender y participar en su entorno social, político, económico y cultural y a integrarse adecuadamente.
El educador social desarrolla su labor profesional en contextos muy diversos y da respuesta a las demandas de acceso a la cultura, al bienestar y de participación en la vida social de amplios colectivos de población. Su trabajo tiene dos vertientes muy marcadas: la formativa y la asistencial, por un lado, y la de atención a las personas, por el otro.
Los educadores sociales se ocupan de aquellos campos de la educación que no tienen una regulación concreta, en ámbitos de intervención educativa con personas marginadas, con problemas sociales o de adaptación a su entorno.
Esta labor socioeducativa se aplica a grupos de edad diferentes (infancia, juventud, tercera edad...) y a sectores y problemáticas en los que interviene la educación social (salud, justicia, servicios sociales, ocio...).